Recorriéndolo en toda su extensión comprenderemos mejor su arquitectura. La puerta principal, al sur, tuvo acceso por un puente levadizo, y la flanquean dos cubos macizos, similares a los que refuerzan el muro del recinto exterior en las esquinas. Caminando hacia el este, encontraremos la puerta del recinto interior, dispuesta en zigzag respecto a la entrada principal, dificultando así el asalto. Desde aquí puede divisarse la gran torre del homenaje, cuya puerta se eleva a dos metros del suelo. Está en la esquina del segundo recinto, que alberga el patio de armas, y cuyas esquinas disponen de torres cilíndricas, con sus puertas.
El futuro cardenal Pedro González de Mendoza encargó su construcción en el s. XV, aunque antes de que estuviera acabado, Pioz pasó a pertenecer a Alvar Gómez de Ciudad Real, quien lo concluyó, y residió en él hasta su muerte. La fortaleza nunca llegó a tener uso militar.
En la actualidad, se ha fundado una asociación dedicada al cuidado, mejora y disfrute del castillo, la "asociación de amigos del castillo de Pioz".
El futuro cardenal Pedro González de Mendoza encargó su construcción en el s. XV, aunque antes de que estuviera acabado, Pioz pasó a pertenecer a Alvar Gómez de Ciudad Real, quien lo concluyó, y residió en él hasta su muerte. La fortaleza nunca llegó a tener uso militar.
En la actualidad, se ha fundado una asociación dedicada al cuidado, mejora y disfrute del castillo, la "asociación de amigos del castillo de Pioz".
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